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Las mejores escenas de sexo de la historia del cine, al igual que las mejores escenas de sexo en las series, tienen que ser, ante todo, sexys. Es lo que mantiene viva a la raza humana. Pero también tiene un propósito no reproductivo y Hollywood prospera gracias a ello. Y no solo Hollywood. También se han puesto las pilas las principales plataformas, puedes comprobarlo en nuestra lista de las mejores películas eróticas de Amazon Prime Video o la selección de las mejores películas eróticas de Netflix.
Los personajes de las películas lo buscan, lo ruegan o se desesperan por la falta de ello, y sin embargo, muchas de las escenas de sexo más famosas no son tan sexys. Hace falta algo más que desnudos para conseguir convertirse en cinexperiencias sexuales inolvidables. Sí, todo el mundo conoce la infame escena de la mantequilla en 'El último tango en París', pero es básicamente una violación... ¿qué decir? No es algo que debamos ver como excitante. ¿'Eyes Wide Shut'? Loca. ¿Alguna película de Bond? Asquerosas con un regusto subyacente de misoginia. ¿'Cincuenta sombras de Grey'? No nos hagas reír. De hecho, nos hace reír.
Pero de vez en cuando en el cine lo hacen muy bien y hace de la tensión y explosión sexual alguna de las mejores películas de su historia, convirtiendo el sexo en una experiencia sensual y atractiva, y no en un mero trámite. A veces es con un thriller erótico, otras con una de las mejores películas románticas subidas de tono (¡gracias!), otras como un juego en las mejores películas de comedia y en este caso es lo más difícil: ser sexy y divertido, el pack completo, para casarse con los protagonistas.
Aquí te dejamos algunas de nuestras escenas de sexo favoritas del cine, aquellas donde ya te avisamos que hay una gran cantidad de actrices desnudas por exigencias del guion y, también, actores desnudos por exigencias del guion. ¿Cuál es tu escena favorita?
Amenaza en la sombra (Nicholas Roeg, 1973)
Este es, si me perdonan la expresión, la crème de la crème del sexo en las películas, deslumbrante en su intimidad y realismo, mientras Julie Christie y Donald Sutherland, que interpretan a unos padres afligidos por la muerte de su hija, encuentran consuelo en su matrimonio. Tal es la honestidad, el afecto y la pasión que se muestra que todos los involucrados han pasado los últimos 47 años negando que la pareja lo hiciera de verdad. Y es que saltan chispas en la escena de esta película de Nicholas Roeg.
Sinopsis: John Baxter se encuentra en su casa de campo, en Inglaterra, viendo unas diapositivas con su mujer, Laura, cuando de repente tiene un presentimiento. John sale corriendo y encuentra a su hija Christina ahogada en un estanque. El matrimonio se traslada a Venecia, ciudad en la que John tiene que restaurar una iglesia. En un restaurante conocen a dos hermanas mayores, Wendy y Ellen, que se encuentran de vacaciones. Ellen es ciega, pero posee el don de ver lo invisible, y convence a Laura de que ha visto a su hija muerta. También dice que la pequeña se encuentra feliz, pero que teme por su padre, cuya vida está en peligro. A partir de ese momento, la vida del matrimonio se verá amenazada por situaciones inexplicables.
Brokeback Mountain (Ang Lee, 2005)
Basada en la historia de Annie Proulx sobre el romance entre dos vaqueros, además de hacer una de las mejores películas sobre hombres gays del cine, Ang Lee también nos regaló una escena de sexo que funcionó a la perfección, sobre todo, por toda la tensión sexual que venían acumulando los protagonistas. Después de una noche bebiendo whisky, Jake Gyllenhaal y Heath Ledger buscan el calor en una tienda de campaña, alejados de la censura del mundo.
Sinopsis: Verano de 1963. Dos vaqueros, Ennis Del Mar y Jack Twist, se conocen mientras hacen cola para ser contratados por el ranchero Joe Aguirre. Los dos aspiran a conseguir un trabajo estable, casarse y formar una familia. Cuando Aguirre les envía a cuidar ganado a la majestuosa montaña Brokeback, entre ambos surge un sentimiento de camaradería que deriva hacia una relación íntima. Al concluir el verano, tienen que abandonar Brokeback y seguir caminos diferentes.
El imperio de los sentidos (Nagisa Oshima, 1976)
La obra maestra de Nagisa Oshima -una de las mejores películas de los 70- se lleva la palma en cuanto a sexo explícito, y sería muy difícil elegir solo una de sus escenas. La película es básicamente una sucesión de encuentros sexuales entre los protagonistas, aunque, si no tenemos que quedar con la más llamativa e icónica de todas, sin duda habría que ir al momento en el que Sada se mete un huevo duro por la vagina.
Sinopsis: La película muestra una impresionante historia de amor basada en un hecho real. Las ansias de placer, la entrega de dos cuerpos, las relaciones de dominación y sometimiento entre un hombre y una mujer desembocan en una tragedia pasional.
Expiación, más allá de la pasión (Joe Wright, 2007)
El sexo contra las estanterías podría hacer que te echen de tu biblioteca local, pero eso no es un problema para Keira Knightley y James McAvoy, quienes hacen saltar chispas en el impresionante drama de Joe Wright. Desde la aparición inicial de Knightley, hasta el primer beso relámpago y el satén que se desliza por los cuerpos, todo está tan impregnado de lujuria desenfrenada que hace que las consecuencias que desata sean aún más trágicas. Pero no te lo vamos a contar, es uno de los mejores giros de guion sorpresa que hemos visto.
Sinopsis: Inglaterra, 1935. La familia Tallis se reúne el fin de semana en su mansión victoriana. Una serie de catastróficos malentendidos hacen que Briony, la pequeña del clan, acuse a Robbie Turner (James McAvoy), el hijo del ama de llaves y que tiene interés en su hermana Cecilia (Keira Knightley), de un crimen que no ha cometido. Robbie es encarcelado tres años y, después, marcha a luchar a la Segunda Guerra Mundial.
Crash (David Cronenberg, 1996)
El sexo no siempre tiene que ser normativo, como bien nos demostró esta joya de David Cronenberg que se coloca entre las mejores películas de los años 90. Tenemos que destacar por encima de todos sus momentos inquietantes y rompedores la escena en la que James Spader se frota con la cicatriz de Holly Hunter dentro del coche en un parking, ambos víctimas de accidentes que se comunican a través de sus deformaciones físicas. Memorable.
Sinopsis: Una noche, James Ballard estrella su coche contra el de Helen y ambos son ingresados en un hospital. Lo sorprendente es que inmediatamente después del choque los dos experimentaron una extraña atracción mutua. A partir de entonces, la vida de James se precipitará hacia un mundo oscuro y prohibido, dominado por el peligro, el sexo y la muerte.
Mi hermosa lavandería (Stephen Frears, 1985)
Lo que es glorioso sobre el drama de de Hanif Kureishi es que, a pesar de que se desarrolla contra del racismo y la homofobia de la era Thatcher, el romance entre el joven británico-pakistaní Omar (Gordon Warnecke) y el ex punk fascista Johnny (Daniel Day-Lewis) parece completamente práctico, y culmina con una cita en la trastienda del glamoroso palacio de espuma de Omar en su noche de estreno. Divertida, dulce, conmovedora y estimulante, esta escena fue un gran paso adelante para el público, particularmente el público joven y gay, en el cine británico convencional. Y además una de las mejores películas de Daniel Day-Lewis.
Sinopsis: Omar es un joven paquistaní que vive en Londres y trabaja en el garaje de su tío Nasser, hasta que éste le confía la gerencia de una vieja lavandería. Para renovarle completamente, Omar le pide ayuda a Johnny, un viejo compañero de colegio que ahora forma parte de una banda de delincuentes. La amistad de ambos se convertirá en un amor tierno y apasionado.
Jamón jamón (Bigas Luna, 1992)
Penélope Cruz y Javier Bardem son ahora una de las parejas más potentes de la industria del cine español (e internacional), con sus respectivos Oscars y fama mundial, pero en aquellos inicios de los 90 eran dos talentosos intérpretes abriéndose paso. Y lo hicieron juntos en esta película de Bigas Luna, increíblemente sexy y divertida, y que se cuela en esta lista por varios de sus geniales encuentros sexuales. Que cada uno elija su preferido. No por nada es una de las películas españolas favoritas de Pedro Almodóvar.
Sinopsis: Silvia (Penélope Cruz), la hija de una prostituta (Anna Galiena), mantiene relaciones con José Luis (Jordi Moyà), que es hijo de uno de los ricos propietarios de una fábrica de calzoncillos (Juan Diego). Para impedir la boda, la madre de éste (Stefania Sandrelli) contrata a Raul (Javier Bardem), un chulo que trabaja en una fábrica de jamones y quiere ser torero. Pero éste que tiene que seducir a Silvia, acaba enamorándose de ella.
Ghost (Jerry Zucker, 1990)
Parodiado con tanta frecuencia durante los últimos 30 años, es fácil olvidar lo jodidamente sexy que fue en un primer lugar: Demi Moore y Patrick Swayze seguramente fueron directamente responsables de un aumento en las ventas de ruedas de cerámica. No hay nada ni remotamente sutil en que Moore apriete su arcilla en una columna fálica, mientras Swayze envuelve sus bíceps alrededor de ella para ensuciarla y ensuciarse también, pero es por eso que se erige como uno de los momentos más calientes de la década de 1990.
Sinopsis: Una pareja de enamorados ve truncada su felicidad cuando él es asesinado por un ladrón. La necesidad de salvar la vida a la chica hace que él permanezca en la Tierra en forma de fantasma e intente advertirla del peligro que corre.
Mulholland Drive (David Lynch, 2001)
Hablamos de una de las mejores películas del siglo XXI, en la que el sexo lésbico es una parte integral de la historia en lugar de una simple excitación para los chicos. Naomi Watts y Laura Elena Harring son hermosas como femme fatales, y su amor floreciente, que conduce a una conexión física suave y sensual después de un descubrimiento espantoso, es un hermoso momento de claridad en una trama alucinante.
Sinopsis: Mulholland Drive, una de las carreteras perdidas de Los Ángeles. Una mujer con pinta de femme fatale (Laura Elena Harring) sufre un accidente de coche después de ser amenazada de muerte. Superviviente y amnésica, buscará su identidad con la ayuda de Betty (Naomi Watts), que, decidida a convertirse en estrella de cine, llega a la ciudad de los sueños perdidos con toda la ilusión del mundo. Cómo no, esa búsqueda es un descenso a los infiernos del alma y de Hollywood.
Blue Valentine (Derek Cianfrance, 2010)
Hay abundancia de felaciones en las principales películas de Hollywood, pero los chicos del cine rara vez devuelven el favor, lo cual es, francamente, un poco egoísta. 'Blue Valentine' fue la perfección en su cruda honestidad, desde los felices primeros días de una relación hasta su desintegración y su final inquietantemente desordenado, pero el momento que destaca es cuando Ryan Gosling le hace sexo oral a Michelle Williams. Los censores le dieron una calificación NC-17; el resto de nosotros de repente sentimos un hormigueo.
Sinopsis: 'Blue Valentine' narra la historia del amor perdido y del amor recuperado, de los momentos que pasan. Abrumados por recuerdos románticos, Dean y Cindy pasan una noche intentando salvar su matrimonio. Ryan Gosling y Michelle Williams actúan en este retrato honesto de una pareja que se hunde.
9 semanas y media (Adrian Lyne, 1986)
Al igual que 'Ghost', la famosa escena de sexo en '9 semanas y media' ha sido parodiada hasta la saciedad, pero tu tienda de comestibles semanal nunca se había visto tan emocionante, ya que Mickey Rourke alimenta a Kim Basinger con todos los comestibles pegajosos, viscosos, dulces y, en última instancia, sucios en su frigorífico. Es sexo como juego y comida como sexo, pero aunque hacen que revolcarse en una tina de miel parezca ardiente como el infierno, no querrás ser tú quien lo limpie.
Sinopsis: Elizabeth, una mujer de negocios divorciada, vive con una amiga suya llamada Molly con la que trabaja en una galería de arte. Un día, en la calle, Elizabeth conoce a John y queda totalmente fascinada. Posteriores encuentros casuales les llevan a conocerse mejor y a intimar, de modo que quedan para cenar. Todo ello les lleva a comenzar una relación sexual continuada que deriva enseguida hacia algunas experiencias nada habituales. Son prácticas degradantes para ella que rechaza pero, a la vez, acepta obsesivamente y que van creándole una doble personalidad, con anulación de toda capacidad de reacción y con pérdida de su sentido de la propia vida sentimental y laboral. Pero John, por otra parte, sigue siendo para ella un auténtico desconocido.
Éxtasis (Gustav Machatý, 1933)
'Blue Valentine' no fue la primera película en celebrar el cunnilingus; ese galardón fue para 'Extasis', allá por 1933, en el que las frustraciones de una Hedy Lamarr insatisfecha con el matrimonio se alivian gracias a un mecánico sexy y dispuesto. Mientras jadeaba de placer, Lamarr se convirtió en la primera mujer en representar el orgasmo femenino en la pantalla, provocando un escándalo en ese momento y rompiendo un tabú importante para el futuro. Todavía hoy crepita con energía sexual. Dato curioso: una inventora autodidacta, Lamarr también inventó la tecnología de radio de salto de frecuencia que llevó a la invención del wi-fi. Chúpate esa, Gosling.
Sinopsis: Tras casarse con su marido, un viejo caballero, Eva (Hedy Lamarr) descubre que éste está obsesionado con el orden y la tranquilidad, dejando poco tiempo a la pasión y el romanticismo que ella esperaba. Desanimada, abandonará a su marido y regresará con su padre. Un día, mientras se baña en el lago conoce a un joven del que se enamora.
Y tu mamá también (Alfonso Cuarón, 2001)
Julio (Gael García Bernal) y Tenoch (Diego Luna) son dos adolescentes engreídos que creen saber todo lo que hay que saber sobre el amor y el sexo, hasta que se van de viaje con la mayor y más sabia Luisa (Maribel Verdú), que tiene un gran secreto. En la, ah, escena culminante de la película, coronan una noche perfecta de amistad con una noche perfecta de hacer el amor, los dos incluso cruzan sus propios límites y descubren un deseo mutuo.
Sinopsis: Julio (Gael García Bernal) y Tenoch (Diego Luna) son dos jóvenes amigos de 17 años ansiosos por alcanzar la madurez. Un día conocen a Luisa (Maribel Verdú), una española de 28 años con la que se ponen a coquetear. En broma, la invitan a que los acompañe a una playa imaginaria a la que llaman Boca del Cielo.
Munich (Steven Spielberg, 2005)
Notable por tres razones: primero, es una escena de sexo de Steven Spielberg. No ocurren a menudo, igual tiene algo que ver con que sea una de las mejores películas de Steven Spielberg. En segundo lugar, representa el sexo entre una pareja casada (¡urgh! ¡Eso es como tus padres!). Y tercero, una de las participantes (Daphna Kaufman, interpretada por Ayelet Zurer) está embarazada, sin que eso sea un tema de fetichización espeluznante. La pareja se reencuentra después de un período de extremo peligro y separación, que lleva a una tierna reconciliación. Luego, desafortunadamente, Avner (Eric Bana) comienza a imaginar los actos de terror que iniciaron la trama y el momento sexy se acaba para la audiencia.
Sinopsis: Avner (Eric Bana) es un joven agente del servicio secreto israelí reclutado, junto a cuatro miembros más (Daniel Craig, Hanns Zischler, Mathie Kassovitz, Ciarán Hinds), por su superior (Geoffrey Rush) para eliminar a once personas implicadas en la matanza que acaba de ocurrir en los Juegos Olímpicos de Munich.
Deseo, peligro (Ang Lee, 2007)
Ang Lee repite en la lista, aunque aquí con una producción de su país natal. Es difícil concebir una película en la que el sexo tenga más peso narrativo que esta, en dónde la relación de poder, amor y peligro entre él y ella se refleja con la forma y la pasión de cada escena sexual. Muy explícitas, algo que le costó más críticas a ella (Tang Wei) que a él (Tony Leung) y tan violentas como pasionales, evolución desde la violación hasta la más pura pasión en un baile enfermizo con la muerte acechando a cada momento antes, durante y después del orgasmo.
Sinopsis: Shangai, 1942. Cuando un comando revolucionario intenta acabar con la vida de un importante colaborador japonés, descubren que la única forma de hacerlo es a través de una amante. Una joven virgen se presta a ser la espía de cama que consiga enamorar tanto a su objetivo como para que baje la guardia hasta poder acabar con su vida. El problema es cada vez que se deja poseer va perdiendo algo de ella misma en el camino.
Anticristo (Lars Von Trier, 2009)
Quizás no haya una escena de sexo más impactante que la que abre, a cámara lenta, en blanco y negro y con penetración explícita, esta película del siempre arriesgado Lars Von Trier. Si a esto le sumamos que el orgasmo se une con la muerte del hijo de la pareja la cosa ya es de traca. Las otras escenas de sexo de la película, aunque muy diferentes a la inicial, también son tan icónicas como singulares y mórbidas.
Sinopsis: Un psicólogo y su mujer se aíslan en una cabaña en medio del bosque con el objetivo de superar la muerte de su hijo fallecido, que se cae desde el balcón mientras ellos practican sexo. Solo eso podemos decir de una película sorprendente, repleta de espacio pata teorizar.
La vida de Adèle (Abdellatif Kechiche, 2013)
Más allá de la mirada masculina sobre una relación entre dos mujeres, o de las quejas de sus actrices por la exigencia laboral, más o menos justificada, de su director, La vida de Adèle es un clásico indiscutible del cine moderno. Lo es, por supuesto, por su historia de amor o por las viscerales y excelentes interpretaciones de sus dos protagonistas, Adèle Exarchopoulos y Léa Seydoux. Pero todas esas cualidades, tanto las buenas como las polémicas, brillan al máximo en sus célebres escenas de sexo: largas, carnales, intensas, morbosas.
Sinopsis: Una adolescente con dificultades para salir con chicos se enamora de una chica más mayor, con el pelo azul. Con ella explora, crece y madura hasta que la relación se tambalea por el inevitable cambio de ambas.